Preferimos no hacerlo. Contra el Gran Hermano, por una educación libre para la liberación.
¿Qué es lo más importante de nuestra profesión? ¿Qué define y caracteriza la docencia, y es su esencia verdadera? El sueldo y las vacaciones, dirán algunos, confundiendo el valor de su profesión (¿vocación?) con el precio de sus condiciones laborales. Fuera de bromas: ¿Qué es lo que consideramos prioritario e innegociable? ¿Los ejercicios y los exámenes? ¿Las notas, los aprobados y suspensos? ¿Los partes de disciplina y las Menciones de Honor? ¿Las programaciones y los claustros? ¿Las actividades extraescolares? No. Y todos lo sabemos.
Como se sabe también que no todo es trigo limpio ni ideal ilustrado en eso que se llama Educación Pública: horma disciplinaria de cuerpos y mentes según el modelo autoritario, clasista, patriarcal y racista dominante, masaje rutinario de un saber abstracto que no admite preguntas ni dudas, prostitución instrumental de sus contenidos y entrenamiento despiadado a la competitividad que exige el mercado...pero también comunicación, difusión, recreación casi, de una cultura y un conocimiento que se justifican por sí mismos, irreductibles a cualquier uso económico o manipulación ideológica, y fomento del pensamiento crítico que está en la base de cualquier persona y sociedad mínimamente autónomos y democráticos, y experiencia colectiva entre (...) Leer más